Séneca, Cuestiones Naturales VI, 8: la inundaciones del Nilo se deben a las aguas
subterráneas.
“No
creo que dudes por mucho tiempo en admitir ríos subterráneos y un mar interior.
¿De dónde saldrían estas aguas que suben hasta nosotros, si la tierra no
encerrase los manantiales? (...) ¿Ignoras que entre las opiniones que explican
los desbordamientos del Nilo hay una que lo hace proceder de la tierra misma y
atribuye la crecida del río, no a las aguas del cielo, sino a las interiores?
He oído decir a dos centuriones que Nerón César, apasionado por todas las cosas
bellas y especialmente por la verdad, mandó a buscar las fuentes del Nilo; que
habiendo recorrido largo camino, favorecidos por el Rey de la Etiopía y
recomendados a los reyes vecinos, quisieron penetrar más “y llegaron a inmensos
pantanos. Los habitantes, - añadían -, ignoran cuál es su final, y nadie es
capaz de saberlo: tan mezcladas están las hierbas con el agua, y las aguas con las
hierbas que son poco vadeables aquellas lagunas e impracticables para las
naves. Una barquilla con un solo hombre es todo lo que puede soportar una
charca fangosa y llena de hierbas. Ahí, me dijeron, vimos dos peñascos, de los
que caía una inmensa cascada”. Que éste sea el nacimiento o un afluente del
Nilo, que brote en aquel punto o no haga otra cosa que reaparecer después de un
curso subterráneo, ¿no crees que esta agua viene de alguno de esos grandes
lagos de que he hablado? Necesario es que la tierra encierre en muchos parajes
aguas desparramadas, que reúne en un recipiente común, para que puedan brotar
corrientes tan impetuosas”.
Plinio el
Viejo, Historia Natural, VI 181ss:
expedición de Nerón para explorar las fuentes del Nilo.
“Lo
cierto es que, hace poco tiempo, unos soldados pretorianos enviados junto con
un tribuno para explorar la zona, dieron noticia de estos parajes deshabitados
al emperador Nerón, que planeaba, entre otras guerras, también una contra los
etíopes. Asimismo penetró allí el ejército romano, en tiempos del divino
Augusto, al mando de Publio Petronio, miembro él mismo del orden ecuestre y
prefecto de Egipto. Este tomó algunas poblaciones. Se adentró lejísimos, a 870 millas (1.305 Km . ) de Siene
(Asuán); sin embargo, no fue el ejército romano el que dejó deshabitados estos
parajes: Etiopía fue destruida por las guerras con los egipcios,...”.
(Traducción: Mª Luisa Arribas, Gredos, 1998)
Plinio, Historia Natural, VI 51: las fuentes del Nilo se localizan en la Mauritania
inferior, en un monte cercano al Océano.
“El
Nilo, que nace en fuentes poco seguras y discurre por desiertos y zonas muy cálidas
por un amplísimo espacio de longitud y sólo se le ha buscado por su fama, de una
forma pacífica, sin las guerras que han descubierto todas las otras tierras,
tiene su origen, según el rey Juba ha podido indagar, en un monte de la
Mauretania Inferior, cerca del Océano, formando más adelante un lago llamado
Nilide.(...) Además, se ha notado que en la medida en que hayan aumentado las
nieves o lluvias en Mauritania, así crece el Nilo”.
(Traducción: Mª Luisa Arribas, Gredos, 1998)
Plinio, Historia Natural, VI 188:
el Nilo nace entre lagos y cerca de una cordillera.
“Algunos
autores narraron que había también un pueblo de pigmeos entre las lagunas de
las que nace el Nilo. En la costa, de la que hablaremos después, una cadena
montañosa enrojece semejante al fuego”.
(Traducción: Mª Luisa Arribas, Gredos, 1998)
Pomponio
Mela, Corografía, III 84: las fuentes del Nilo, entre los etíopes Hesperios
(en el Este de África).
“Entonces
de nuevo los etíopes, pero no los que dijimos que eran ricos sino otros menores
e incultos y de nombre Hesperios. En sus territorios está la que puede ser la
fuente del Nilo: Nuchul, nombre que recibe de sus habitantes”.
(Trad. propia)
(Tunc rursus Aethiopes, nec iam dites
quos diximus, nec ita corporibus similes, sed minores incultique sunt et nomine
Hesperio<e>. In horum finibus fons
est quem Nili esse aliqua credibile est: Nuchul ab incolis dicitur.)
Paulo Orosio, Historias I 2, 28-33: el Nilo nace en Etiopía, en la costa del comienzo
del mar Rojo.
Paulo Orosio, Historias I 2, 28-33: el
Nilo nace en Etiopía, en la costa del comienzo del mar Rojo.
Egipto
inferior limita (...) por el Sur con Egipto Superior y el Nilo. Este río parece
que nace en la costa del comienzo del mar Rojo, en un lugar que se
llama “emporio Mosilo”, después, discurre largo trecho hacia el occidente,
haciendo una isla en medio de él llamada Méroe, finalmente girando hacia el
norte, crecido por las lluvias riega las áridas llanuras de Egipto de Egipto. Algunos
autores, sin embargo, señalan que este río tiene su fuente no lejos del monte
Atlas y que, inmediatamente, se sumerge bajo las arenas; que después, pasado un
pequeño trecho, nace en un amplísimo lago, se desliza en el Océano, (...) A
este río, en sus fuentes, los bárbaros lo llaman “Dara”, el resto de los
habitantes de sus márgenes “Nuchul”; pero este río (...) es asumido por un
inmenso lago y ahí termina”.
(Traducción: E. Sánchez Salor, ed. Gredos, Madrid,
1982).
...
et Aegptum superiorem (...) Nilum, qui de litore incipientis maris Rubri
uidetur emergere, Rubri uidetur emergere in loco, qui dicitur Mossylon
emporium, deinde diu ad occasum profluens, faciens insulam nomine Meroen in
medio sui, nouissime ad septentrionem inflexus, tempestiuis auctus incrementis
plana Aegypti rigat. Hunc aliqui auctores ferunt haud procul ab Athlante
habere fontem et continuo harenis mergi, inde interiecto breui spatio
uastissimo lacu (...) quem utique prope fontem barbari Dara nominant; ceteri
uero accolae Nuhul uocant; (...) inmenso lacu acceptus absumitur (...)